LA TIGRESA SIENTE COMO SUS DRAGONES VENERAN SUS MONTES DE NIEVE

Posiblemente, no haya otro templo más erótico en la mujer que sus
Montes de Nieve y sus Flores de loto, abriéndose para el orgasmo

Todos, o casi todos sabemos que uno de los juegos más especiales para excitar y satisfacer a la mujer en el juego amoroso es lamer los pezones, frotarlos con el glande, acariciarlos con ambas manos, aplicar una succión suave en los pezones con ligeros mordisqueos... 

Y también que las zonas más sensibles del pecho femenino son los pezones y las aureolas, y que sus formas son muy variadas y su tamaño varía de una persona a otra. Bien todo esto es sexualidad consciente. Vamos a profundizar un poco más.

Los senos en el lenguaje de la Tigresa blanca se denominan Montes de Nieve. Y los pezones, Flores de loto. De esta manera, al pensar en estas palabras, al susurrarlas en el juego sexual, estamos actuando con poesía de amante, estamos transformando el Juego de alcoba en un ritual sagrado de Sexo.

Tanto los Montes nevados como las Flores de loto son templos sagrados del placer femenino. Están relacionados directamente con la Gruta sagrada, lo Montes, y con la lámpara de la luz de la Luna, las flores. De esta manera, se establece canales de energía vibracional sutil y sexual, alquímicamente orgásmica, de forma que la Tigresa, al sentir como juegan con sus Montes y Flores, también le están haciendo el amor en sus Templos más sagrados.

El Dragón por todo lo que estamos comentando, debe venerar a los Montes y Flores de la Tigresa. No es adecuado que, cuando juegue con ellos, ya sea con las manos, dedos, labios, lengua, e incluso el Tallo de jade, lo haga sólamente para su placer, de la forma que a él le gusta. Al contrario, debe pensar exclusivamente en el placer y deseo de su amante tigresa, como a ella le agrada ser acariciada y ofrecerla todo el tiempo y ternura que ella desee y necesite.

Debe el Dragón comprender que cuando está jugando con los Montes y las Flores, también lo hace con la Gruta sagrada, con la Lampara de la Luna, y, es más, con la energía orgásmica de la tigresa que estará en ese momento fluyendo por todo su Ser, por toda su esencia, por cada centímetro de su piel. Y como por los Montes y las Flores corre el sistema hormonal femenino, en realidad, estará gozando toda ella.

Dragón, consulta a tu amante tigresa cómo desea ser acariciada, con que ritmo, tiempo, ternura, suavidad... Y, en todo caso, ofréecete humildemente para que tu cuerpo sea una fuente de placer para ella. Recuerda, dragón, que en el juego sexual no hay tiempo... Es un oleaje permanentemente orgásmico