En la práctica del Kungfu sexual de la Tigresa blanca, los juegos sexuales son una forma de chikung maravillosamente sanador y expansivo de su esencia femenina y felina.

El Espejo es un amigo estupendo que ayuda a la tigresa a gozar de su autoerotismo, así como a establecer una comunicación sincera, real y sensual con ella misma, de manera que estos juegos se transforman en una forma de crecimiento personal. Y cuanto más sensualidad comparta la tigresa con ella misma, más luz aportará a su senda de vida felina.